viernes, 4 de noviembre de 2016

Un dúo de largas miras: Too Short, de Carlos D. Perales y J. L. Galiana


Nos encontramos ante el segundo disco de un dúo cuya importancia ya fue comentada en su anterior referencia (Ready) para la casa Chamshell Records. Ahora ha sido el turno de la nueva casa Liquen Records para publicar su segundo y magnífico CD.

Embarcados en la escucha de Too Short, somos conscientes de encontrarnos ante un evento musical de máxima comunicación entre dos grandes improvisadores españoles. Se percibe una cierta prisa por compartir sensaciones, por crear texturas y modos. Disfrutamos del placer con el que la sed se calma, bebiendo de todo aquello que es valioso y significativo en la historia de nuestros antecesores: pisando un suelo sólido con los pies y volando entre las nubes de nuestros deseos.

Todo vuelo es corto, cuando navegamos el aire, arriesgando, surcándolo sostenidos por nuestra propia iniciativa. Como valiente es arriesgar en el aire, también lo es confesar, con libertad, que la música improvisada libremente se puede sostener con brisas de “jazz”, en connivencia con vientos “contemporáneos” (de esos del siglo XX)… que estas y otras cosas de nuestro reciente pasado nos afectan y nos conforman… que negarlas u obviarlas implicaría asumir un paradigma que no estemos quizás preparados para sostener. La exquisita integración de estas herencias, se produce de forma natural y sincera en el encuentro (tan corto) de estas dos figuras de la música actual europea.

En este Juego de Abalorios “hessiano”, o en esta metáfora de los “hombres libro”, aquellos que contienen en su interior el cuerpo de la cultura que inexorablemente desparecerá: Carlos D. Perales y Josep LluísGaliana ofrecen generosamente todo ese corpus tan desconocido como negado por el “modernismo” actual.

El piano de Perales nos muestra una inconmensurable capacidad para elucubrar acordes inmediatos que contienen toda la “tradición” contemporánea. El saxofonismo recio de Galiana explora y escanea todas las posibilidades del instrumento para articular un discurso variado y sincero. El resultado es un alegato profundo por esa cultura sonora, todavía no asumida pero ya etiquetada,  que se disuelve con el paso de los meses por el arramblador sistema que promulga a diario la “vacua repetición del pasado”, disfrazada de “novedad”.

El oyente que tenga la suerte de disponer de una cultura musical amplia y abierta podrá reconocer y disfrutar, por entre estos pasajes “tan cortos”, de una obra pulida y tersa, nacida en la más absoluta inmediatez del momento, gestionada por una postproducción sabia y curtida como lo es la de la naciente casa discográfica Liquen Records: toda una apuesta por las ediciones bien hechas en nuestro panorama europeo.

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